
Los poetas viven, nos rodean, observan la cotidianeidad con esos ojos lúcidos y transparentes; solo nosotros debemos realizar la lectura adecuada para lograr interpretar esa transmisión que nos hacen. La lectura es nuestra, seamos capaces de desligarnos de las ataduras que nos ciegan y veamos -como la poeta- la mujer, la persona... que quien sabe por qué se desprende de su vida. Este poema nació de una noticia trágica, un ser buscó la muerte en el mar. El día siguió en su rutina, pero la poeta atrapó el instante dignificando la despedida.
HACIA LA MAR (*)
A Elisángela Barbosa Guimaraes, "Lorena"
omnis et una
dilapsus calor atque in ventos vita recessit.VIRGILIO. Libro IV de la ENEIDA
Se le enredaba el aire a la mirada
mientras el tiempo anclaba entre la arena.
Todo dejó de ser, menos la pena
que la inundó de paz desesperada.
Tuvo sólo el azul como llamada
de cielo y mar, abiertos por la vena
que lleva al corazón la íntima escena
de la caricia eterna de la nada.
Corre la tarde en busca de consuelo
y es la brisa salmodia en verso triste.
Se desata la vida. Corta el lazo.
Y mientras pasa el mundo como un vuelo,
poco a poco la muerte la desviste
y las olas la brizan en su abrazo.
Del libro "La mirada del aire". Ediciones Tepemarquia, 2006
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