Mientras esperamos la llegada del Día del Libro y las últimas novedades poéticas en nuestras manos, acudimos de forma virtual a un acontecimiento que nos llena de emoción, no solo por el lugar donde sucede sino también por la filosofía del encuentro donde el público podrá acceder a las distintas manifestaciones artísticas que ocuparán las calles y otros lugares representativos de la ciudad de Córdoba.
La ciudad, la sociedad y como vehículo la palabra. Para el poeta Adonis (1930), indiscutible protagonista de estos días, la palabra se encierra en una isla llamada lengua árabe. El gran poeta libanés nacido en Siria, que representa la mejor poesía y la inteligencia más lúcida y objetiva del mundo árabe es autor de versos innovadores sin perder la tradición, y siempre con la palabra clara que el momento precisa.
Transcribo para vosotros parte de una entrevista realizada por Clara Janés, amiga y traductora del poeta, publicada el 12 de abril en la edición digital de la revista El Cultural.
–Y sigo exiliado, porque estoy exiliado en el interior de esa isla que se llama “lengua árabe”. Los poetas, los pensadores, todos los que tienen algo que decir viven, en cierto modo, un exilio. Pero está claro que hubo un momento en que si no criticabas la religión podías hacer lo que querías. Ahora no, incluso si no criticas la religión, si criticas la política… Ahora el régimen se ha convertido en todo: lo económico, la sociedad, todo. Y la cultura. Por eso no hay libertad. No puedes criticar la educación, la economía… Es que es así: no se puede hablar, por ejemplo, de la situación de la mujer sin hablar de los versículos del Corán que conciernen a la mujer. De modo que la crítica no existe. Una vez quisimos hacer en mi revista, “Mawakif”, un número exclusivo sobre la situación de la mujer árabe, intentando responder a la pregunta: ¿por qué la mujer árabe no existe? No es dueña de su cuerpo, no es dueña de su pensamiento, es dependiente en todos los planos. ¿Por qué? Pues bien, para obtener una respuesta se necesita utilizar el Corán, por lo menos leer los textos de la religión. No encontramos a nadie que quisiera hablar de eso, nadie se atrevió porque, por ejemplo, el Corán dice que en cuanto a testigo un hombre vale por dos mujeres. ¿Por qué? ¿Por qué, en lo que respecta a las herencias, el matrimonio…? En vista de eso decidí acabar: si no podemos decir lo que hay que decir es mejor callar. No, si no puedo replantear los problemas de la sociedad para ponerlo todo en cuestión, no sigo. Esto no quiere decir que el mundo se haya acabado. Es que la situación social se ha degradado. En este contexto, los hombres se sienten prisioneros, pero la vida siempre lo supera todo, y la historia también. Y la grandeza del hombre es que forma parte de la historia, pero puede superarla."
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